Me parece oportuno hacer un pequeño paréntesis en el día a día del Athletic. Pese a ser fanático del Athletic Club de Bilbao, hay otro equipo que respeto mucho y que me ha dejado anonadado en su debut en la Champions: el Villarreal.
Más de uno no dormirá hoy. Esta noche, en el partido de semifinales disputado entre Villarreal y Arsenal, el Villarreal finalmente cayó. El submarino amarillo, por desgracia, ha acabado hundiéndose a un paso de la gran final. Y es que los amarillos se estaban "comiendo" al equipo londinense, imponiendo un gran juego y metiendo a todos los jugadores del Arsenal en su campo. Pero no pudieron remontar el gol de Eboué del Arsenal en Londres. Tuvieron muchísimas ocasiones, sobre todo Guille Franco, que cuajó una gran actuación. Y es que, el dorsal número 99 tuvo múltiples ocasiones pero que, junto a alguna otra de Forlán,etc., o bien no iban a puerta o bien el magnífico Lehmann las paraba. El portero alemán el mejor del Arsenal hoy sin duda.
Pero todo el trabajo de los de Pellegrini se vio recompensado. En el minuto 88, Juan Román Riquelme dispuso de una gran oportunidad de llevar a su equipo a la prórroga con un penalti. No obstante, los nervios de el argentino le jugaron una mala pasada a él y a su equipo. Ejecutó un tímido disparo casi raso a la izquierda de el portero del equipo londinense, y éste paró bien el tiro. Riquelme se desesperó y ni siquiera aprovechó el rechace que tenía casi en bandeja. Desolado, fue el primero en abandonar el campo, cabizbajo y con su típico agarre con los dientes a la camiseta con su número 8.
En fin, en Villarreal hoy correrán ríos de lágrimas. Esperemos que éste gran equipo no se hunda, y ojalá pueda enmendar su error no muy tarde.
De todos modos, hay que reconocer el gran trabajo realizado por el submarino amarillo en esta edición de la Champions, ya que eliminó a grandes rivales como el Glasgow Rangers y el Inter de Milán. Un fiasco para los amarillos pero esperemos que pronto se recuperen.
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